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lunes, 21 de diciembre de 2009

Países de Noreste Asiático procuran aliviar pobreza.

Los países del Noreste Asiático están tomando una serie de medidas para hacer frente a los urgentes problemas sociales, con el fin de mejorar el nivel de vida de los ciudadanos que viven debajo de la línea de pobreza. Para alcanzar esta meta, los países se esfuerzan por impulsar el desarrollo económico y crear más oportunidades de trabajo, según fuentes del Taller Internacional de Construcción de Red y Capacidad en el Desarrollo Social del Noreste Asiático, concluido esta semana en Harbin, capital de la provincia de Heilongjiang, noreste de China. Los países de dicha región intentan también establecer una red de seguros sociales, movilizar las asistencias públicas, ahorrar parte de presupuestos financieros y estimular el desarrollo de negocios privados, según la misma fuente.

El Noreste Asiático cubre, geográficamente, la República Democrática Popular de Corea (RDPC), Mongolia, el noreste de China, el este lejano de Rusia, la República de Corea y Japón. Lai Shian Lung, funcionario de las Naciones Unidas encargado de asuntos económicos y sociales, señaló que los países del Noreste Asiático tienen diferentes sistemas políticos y económicos y antecedentes culturales, y se encuentran en diferentes niveles de desarrollo económico, pero todos se enfrentan con los mismos problemas como la pobreza y empleos. Ellos han tomado los caminos que corresponden a la realidad de sus países, afirmó Lai, director de la Oficina de Política Socioeconómica y Gestión de Desarrollo del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.

Las provincias del noreste de China han ofrecido capacitaciones profesionales a los millones de trabajadores despedidos de las empresas estatales, para que ellos puedan encontrar nuevos puestos de empleo. Además las autoridades locales han formado una red de seguros sociales para los residentes urbanos con bajos ingresos a través de distribuir seguros de vejez, seguros de desempleo y el sistema de auxilios. Asimismo, el vigoroso desarrollo de empresas privadas en esas provincias, respaldado por el Gobierno central chino, ha logrado crear cada día más oportunidades de trabajo. En la República de Corea, la crisis financiera asiática ha dejado un gran número de desempleados y pobres, lo que hizo anticuado su viejo sistema de seguros sociales. El Gobierno coreano, además de expandir la cobertura del sistema de seguros sociales, ha tomado medidas para garantizar que todos los ciudadanos empobrecidos tengan suficientes alimentos y vestidos y accesos a la educación y servicios médicos.

Experimentando la transición de la economía planificada a la de mercado, Mongolia también está afligido por los crecientes desempleados y una población empobrecida. El Gobierno mongol ha elaborado un programa nacional de alivio de pobrezas y se dedica a crear más oportunidades de trabajo y ofrecer servicios de educación básica y médicos al pueblo, con la ayuda de fondos y asistencias técnicas del extranjero. En las regiones norteñas del lejano oriente de Rusia, el cambio de modelos económico y social, acompañado por el desempleo, las inclementes condiciones naturales e infraestructuras pobres, ha originado el descenso del nivel de vida. Un millón de residentes locales se vieron obligados a trasladarse de esta zona. Frente a esta situación crítica, las autoridades rusas han establecido un fondo gubernamental para ayudar a los habitantes que se han mudado al sur a adquirir viviendas asequibles, y proporcionarles trabajos, educación y servicios médicos y pensiones de vejez.

Por otra parte, los que se quedan en esas regiones pueden recibir subsidios especiales. Azotada por desastres naturales y otros factores, la RDPC se enfrentan con una serie de dificultades en los últimos años, y sobre todo la escasez de alimentos. El Gobierno de RDPC ha incrementado inversiones en la producción agrícola y tomado medidas para estimular la economía, con el objeto de crear más oportunidades de trabajo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Regalos a 2 mil niños pobres...

Dos mil niños y niñas de los diferentes orfanatos de la ciudad, recibieron regalos navideños ayer por la mañana en las instalaciones del Parque Morelos, gracias a la Asociación "Ven, Cuenta Conmigo".

La fría mañana no fue impedimento para que cientos de niños recibieran juguetes y presenciaran una función de lucha libre, en un evento que se realizó dentro del palenque del Parque Morelos, el cual inició pasadas las 11 de la mañana.

Bicicletas, pelotas, muñecas, juegos de destreza, carros eléctricos, playeras de sus equipos favoritos, entre otros, fue lo que recibieron los niños, incluso hijos de policías caídos y del Departamento de Bomberos de la localidad, quienes también participaron en el acontecimiento.

Desde las 10 de la mañana, los menores fueron arribando al sitio a bordo de camiones de transporte escolar, a su ingreso les entregaron playeras de colores, que los distinguía dependiendo la casa hogar de procedencia.

El presidente de la asociación "Ven, Cuenta Conmigo", destacó que desde hace 16 años se organiza este tipo de eventos, cuyo propósito es crear una sonrisa en el rostro de los niños.Se trató de un total de dos mil menores que habitan en una de las 34 casas hogar que existen en la ciudad, que por algunas horas, fueron adoptados por los organizadores para convivir un rato dentro del palenque del Parque Morelos.

La mecánica de entrega de juguetes fue la siguiente: Cada niño entregó previamente una carta con las peticiones de juguetes o ropa que anhelan y los padrinos se encargaron de cumplir la petición.

martes, 8 de diciembre de 2009

Contexto actual de la infancia pobre.

Las estadísticas de las Naciones Unidas dicen que América Latina los niños de la calle sus edades oscilan entre 8 y los 17 años. Las niñas constituyen aproximadamente un 10 y 15%, ya que tienen más posibilidades de elaborar estrategias alternativas(cuidados de hermanos menores, trabajo doméstico, prostitución.)


La pobreza en América Latina produce muerte, enfermedades evitables, causadas por las falencias, ausencia de sistemas sanitarios y educativos, el abandono y la falta de hogar.

Es sabido que la pobreza y el desempleo de los adultos es fuente de desesperanza, complicando las relaciones entre padres e hijos y creando situaciones límite en la configuración familiar. Se intenta responsabilizar a los padres sin conciencia, pero si existe esa calidad de padres, por lo general soportan la misma marginación que sus hijos. Dice acerca de esto el padre Cajade: "La realidad de los chicos en riesgo es consecuencias de problemáticas que empiezan en sus familias.


Cuando decís que a los chicos de Argentina les faltan sus derechos, estas diciendo que le están faltando los derechos a los padres de los chicos. En la medida que aumenta la franja de exclusión de los padres esto se reproduce sobre la niñez."

Aún cuando la problemática de los niños de la calle aparece ante la sociedad como un hecho crítico en aumento, su cuantificación resulta dificultosa. Ello se debe a que los mismos niños en general deambulan de un lado al otro de la ciudad y al hecho de que gran cantidad de niños van al centro de las ciudades en calidad de trabajadores, solos o con sus progenitores, distorsionando la evaluación de su situación.

" La idea de mafias del sexo o de la droga, que manejan algunos grupos de chicos, niega la situación estructural que los arroja a los lugares vacíos de la ciudad. Quedan a merced de la calle y sus dueños, desde la policía hasta de los aprovechadores de su infancia y su soledad".

A partir de datos obtenidos por UNICEF, tomados de informantes clave, en el año 1991, se puede estimar en todo el país que habría alrededor 24.000 niños que trabajan en las calles y 6.000 niños que viven en la calle, es decir sin vínculos familiares o con vínculos débiles. La gran mayoría (80%) son varones y su distribución etárea es la siguiente: 15% son menores de 8 años de edad, 50% tienen entre 8 a 14 años y 35% entre 15 y 18.

Un elevado número de estos niños y adolescentes ya ha pasado por algún nivel de judicialización, presentando algunos un ciclo policía-juzgado-instituto-calle, proceso que los va deteriorando aún más.

En la opinión del Director de Minoridad del Arzobispado, Jorge Herrera Gallo, el chico de la calle es alguien que más que vivir sobrevive. "En la calle el chico aprende a sobrevivir cada día que pasa, por lo cual tendrá que aprender el lenguaje, las conductas y las reglas de las "ranchadas" que son los lugares donde se juntan los chicos."

Según estimaciones realizadas por INDEC/CELADE, la tasa de actividad de los niños entre 10 y 14 años pasó de 8% en 1960 a 6,6% en 1980. En este último año, las tasas de los varones (8,3%) y del área rural (11,8%) fueron las más altas.

En cuanto a la situación de las niñas, su inserción laboral tiende a ser subestimada ya que las que están a cargo de las tareas domésticas, no son consideradas como trabajadoras ni están remuneradas, lo que dificulta su relevamiento.

Una investigación realizada en 1987, utilizó un cuestionario con preguntas adicionales a las habituales con el objetivo de mejorar la captación de la extensión del trabajo infantil (6 a 14 años). Al mismo tiempo, permitió conocer algunas relaciones del trabajo infantil. Aquí también se confirmó que la tasa de actividad de los pobres (3,6%) es superior a la de los no-pobres (1,5%).


Asimismo, la actividad laboral aumenta con la edad y la pobreza: mientras 6,8% de los niños pobres de 11-14 años trabajan, ese porcentaje desciende a 1,2% entre los niños pobres de 6 a 10 años. Por otro lado, los resultados indicaron que los niños trabajadores pobres realizan sus actividades laborales fundamentalmente como cuenta propia o empleado doméstico, y a medida que disminuye el nivel de pobreza, predominan las actividades de "ayuda familiar" o asalariadas. O sea, los niños de familias más pobres realizan los trabajos más marginales.

El lugar marginal y la poca solución que les da la sociedad les permite(o les obliga) a elaborar estrategias de urgencia que les proporcionan algún recurso económico(limpieza de parabrisas, venta de estampitas, robo) A las cuales el imaginario social1 llama trabajo infantil, pero que en realidad no pueden llamarse trabajo, ya que son solo actividades destinadas a la supervivencia.

Hoy podemos pensar a estos niños de la calle como un excluido más del mercado.

La consistencia imaginaria de la infancia(niñez como inocencia, fragilidad y docilidad) concebida en el mundo burgués persiste hoy, y por lo tanto hay un desacople entre este discurso y lo que ocurre en la realidad, ya que ha habido un cambio histórico, ya sea desde los modelos de acumulación, como en el mundo del trabajo, la heterogeneidad de la pobreza, la vida cotidiana, etc.

La autora Cristina Corea plantea, que los niños pobres, la marginalidad en que están subsumidos, los chicos de la calle, y las situaciones violentas que ellos mismos protagonizan son un síntoma del agotamiento de las instituciones que forjaron la infancia, la escuela, la familia, el juzgado de menores, las instituciones de asistencia a la familia, por lo cual estas ya no producen su objeto: la infancia.

Los chicos en y de la calle son un síntoma social principalmente de la falta de trabajo que ha pasado a ser en la sociedad actual un bien escaso y precario.


Históricamente, los chicos que trabajaban cuando el trabajo requería tomar a todos los adultos era mal visto(ya que está condición de trabajador estaba reservada al mundo adulto, el cual tenía acceso al trabajo); hoy, podría pensarse que el trabajo de los niños es un mal menor dentro de todos los problemas que enfrentan los chicos de la calle.

El trabajo hoy a pesar de todo sigue estructurando la vida cotidiana, ya sea económicamente, simbólicamente y como estructurador de subjetividades.